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domingo, 24 de marzo de 2024

Calcetines

En invierno me gustaba ponerme calcetines para dormir
(una de mis muchas manías).
Necesitaba meterme en cama con ellos puestos y quedarme unas cuantas horas así. Hacía frío afuera y adoraba sentir esa tela cálida que envolvía mis pies.

Cuando ya entraba en calor, muchas veces de manera inconsciente, me los quitaba y quedaban entre las sábanas. A la mañana siguiente, aún con legañas, el pelo revuelto y en la oscuridad, metía mis manos entre las mantas y los buscaba. 

Esa era la costumbre que tenía. Siempre me los ponía para luego quitármelos y buscarlos. Me gustaba ver en qué parte de la cama se habían perdido.
Era muy curioso.
A veces estaban los dos juntos y se mimetizaban tanto, que parecían solo uno. Otras mañanas, encontraba cada uno en una esquina, como si no quisieran saber nada del otro. Había días en los que se caían al suelo, pareciendo que querían escapar. E incluso a veces, se metían entre las sábanas, como jugando al escondite, y no los encontraba hasta que deshacía y quitaba todas las mantas.

Este es uno de mis hábitos (no sé si común o no)
buscar mis calcetines.

Hoy, en esta mañana de verano. He vuelto a hacer lo mismo. Esa costumbre que tengo. Me he sentado en la cama como los otros días, antes de desayunar, despeinada y con el camisón arrugado y he metido mis manos entre las sábanas. Después de varios minutos, me extrañé. ¿Dónde estaban mis calcetines? No los encontraba. Me levanté y quité las sábanas, miré si se habían caído por el suelo, si estaban debajo del colchón, entre los cojines, el somier. No estaban.

Cuando ya, cansada y con todo completamente deshecho, me senté
me di cuenta: como es verano, no me había puesto en ningún momento los calcetines. No me había metido en cama con ellos. No los llevé puestos en ningún momento.

Me empecé a reír. Yo sola. Me reí mucho.
Me dio tanta gracia pensar cómo
de manera
incluso
casi inconsciente
nuestra mente puede seguir habitando en el pasado.
Buscando algo que ya no tienes.
Buscando algo que pensabas que se había perdido

pero que no se perdió
sino que nunca estuvo ahí.

(sigo hablando de los calcetines,
por supuesto)






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