Incluso antes de que se nos venga la duda
a la mente,
la decisión de forma inconsciente
está tomada.
Y eso es lo que nos da un terror inmenso.
No tenemos miedo, ni pánico
por no saber qué elegir
por estar entre tantas opciones
por si nos arrepentimos después.
Son excusas que creamos
para defendernos.
Lo que de verdad de verdad
de verdad
te atemoriza
no es elegir la peor opción
sino saber que en verdad
es la que siempre te ha gustado.
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