Tú serás tú.
A quién quise.
El que me rompió.
Y se disculpó.
A distancia.
Cuando te miraba.
Así entendía todo:
por qué te quedabas,
por qué nadie más,
por qué solo sucedía contigo.
Porque volver a ti significaba
trasladarse a otro lugar
sin necesidad de tapar los ojos,
tener algo que nunca es tuyo.
No vas a quererme.
Lo sé.
De hecho siempre lo he sabido.
Supongo que ya no importa.
Seguirás ardiendo aquí
(señalo el pecho).
No hay comentarios:
Publicar un comentario