Le he gritado
tu nombre al silencio
y me ha respondido
un eco que sabía a tu voz,
he hecho oídos sordos
a quien no me escucha
y hablado a mi soledad.
Me dice que está realmente bien
acompañada de tu ausencia.
Los relojes hacen
una melodía imperceptible
y yo nunca he creído en los imposibles pero
seguro que se parecen a nuestros pasos
en una misma dirección,
pasan las horas que una vez contigo
me parecieron segundos.
Siento el viento soplar, asemejándose a tu respiración
en mi cuello
y me callo haciendo ruido,
en silencio, aún
contigo como, si estuviera junto a ti.
Y para qué decir nada
al vacío de tu presencia, si sé
que no me escucharías
aunque estuviera diciéndotelo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario