viernes, 1 de abril de 2016

Explícame por qué.

Por qué.
A ver, explícame por qué,
sólo contigo escribo bien.
Dicen que cuando se tiene el corazón roto es cuando mejor se escribe.
También dicen que cuando uno está enamorado escribe bien.
Pero, ¿en qué lugar estoy yo? ¿Qué se supone que siento? Qué hay entre nosotros dos.
Te odio, o quizá te quiero.
O te odio por quererte tanto
que hasta duele. Dueles.
Y te sigo queriendo.
Todo, o quizá nada.
O de la nada te convertiste en mi todo,
o todo lo que teníamos era nada.
Nada, que yo me ahogo en tus palabras.
Olvidar, o quizá recordar.
O de tanto recordarme olvidarte
acabo más recordando que olvidando.
Porque cada mirada me decía 'hola'
y con cada hecho volvía a aquel 'adiós'.
Tan lejos, y tan cerca.
Tantas razones.
Y yo me sigo preguntando el por qué,
de este roto corazón.