miércoles, 23 de diciembre de 2015

Ser diferente.

Yo siempre he dicho que soy una persona diferente a los demás. Y, después, siempre añado: "no sé si para bien o para mal".
Eso que lo juzgue cada uno. Aunque me importe más bien poco.

Aunque mienta cuando digo que no me importa nada.
De las personas que hay a mi alrededor sí, me importa.
El caso es que,
yo soy de las típicas chicas que si se les viene la inspiración, se pueden poner a escribir a las tantas de la mañana. De las que dice que no confía en nadie y que parece que no tiene sentimientos. Pero que en realidad está sintiendo a todo momento. Y que con cualquier mínimo detalle se ilusiona. Detalles. Que me encantan las cosas hechas a mano, las notitas escritas a correr y cosas especiales que parece que nadie las haría de lo bonitas que son. Pero que sorprenden.
Amo los atardeceres y los amaneceres. Qué pena que no sean contigo al lado. Aunque así ten por seguro que no estaría mirando de frente, sino a la persona que está a mi lado.
Que pocas veces me levanto de mal humor y que mi estado de ánimo depende de los sueños que haya tenido esa noche. Hoy soñé contigo. Ya te imaginarás.
Tengo miles de manías que nadie entendería y, aunque parezca que siempre voy segura al caminar, pienso demasiado en mis defectos. No esos en los que un día te levantas y dices "pues hoy, como que me veo fea". No. De esos que llevan años y que los demás agrandan. Lo sé. Hay que superarlos.
Estoy loca, paso de estar alegre a triste en unos segundos y me encanta hacer muecas.
Me gustan los batidos de fresa, tirarme en el sofá los domingos con palomitas y bailar cuando nadie me ve. Descalza. Con el pelo revuelto. Quizás tarareando alguna canción pegadiza. Qué asco. Por qué la letra de la canción se confunde siempre que estoy cantando.
Y hacer sonreír a la gente. Ser la tía más sosa del mundo pero que si te ve mal te da un abrazo. Y muchas cosas más que no cuento, por si a alguien se les da por querer descubrirlas.

Y sé, que no le gusto a todo el mundo.
Pero también sé, que no me conformo con cualquiera.

martes, 22 de diciembre de 2015

DIÁLOGO DEL AMOR.

- No sé qué más hacer...

- Yo tengo la solución.

- ¿Ah, sí?

- Mira, coge todos esos recuerdos, y júntalos en tu mente... bien... así... ahora cierra los ojos, para intentar sentir lo que sentías en ese momento, ¿lo tienes?

- Sí.

- Vale, recuerda desde el principio hasta el final todas las escenas... tranquila... no intentes esconder esa sonrisa tonta.

- Es precioso todo, ojalá...

- Ahora deja la mente en blanco- dice interrumpiéndola- y abre los ojos.

- De acuerdo.

- Olvida todo lo que acabas de pensar, esta es tu realidad, en este momento, ¿algo tiene que ver con esos estúpidos recuerdos?

- No.

- Pues ya está.

- Pero...

- Aún no te olvidaste de él, ¿verdad?

- Bueno... yo...

- ¿Y sabes por qué?

- No...

- Porque no se puede intentar borrar de tu mente, aquello que no sale de tu corazón.
Ahí tienes la solución.

De las pocas personas...

Eres de las pocas personas que nunca se espera nada de mí.
Y eso es genial.
Porque es cuando más lo doy todo.

No me pongo nerviosa de a ver si doy la nota,
de si te puedo decepcionar por hacer algo mal,
de tener todo preparado.
Contigo hasta improvisar me sale bien.

Y me sonríes. De una forma tan tierna.
Como nunca nadie ha hecho.
Y si me confundo, tú dices que así estaba perfecto.
Que no me estrese, que si no me parece suficiente
ya me saldrá otro día mejor.

Y lo valoro mucho. Te valoro mucho.
Por eso me encanta pasar tanto tiempo contigo.
Porque puedo ser yo, y aún así te gusta.
Como soy.
Y a mí me encantas tú,
por aceptarme, y por como eres.

Siempre te fijas en los pequeños detalles míos,
en esos que pienso "casi ni me doy cuenta ni yo".
Me conoces. En poco tiempo ya intuyes todo por mi cara,
un pequeño fruncido de labios y sabes si estoy bien o mal.

A lo mejor nadie se sienta identificado con este que escribo,
porque no todo el mundo te conoce a ti. Y qué pena.
Te adorarían.
Porque eres una de las mejores personas que he conocido,
hasta en los días que estás serio me gusta estar a tu lado.
Y escucharte. Escucharnos hablar.

Quizás este no sea el poema más bonito del mundo,
ni el más pegadizo
pero, ¿sabes? Habla de ti
y con eso,
a mí me basta.

sábado, 19 de diciembre de 2015

En invierno no siempre hace frío.

Tranquilos, este poema no me llevará mucho espacio. No os aburráis, con mis sentimientos desordenados. Sólo advertiros, y aseguraros
(no vaya a ser que os confundáis)
que a veces el invierno puede ser verano.

Simplemente deciros, que hubo un momento en que sus dedos, tocaron los míos, y su piel con mi piel.
Y era invierno. Y él tenía las manos frías. Yo calientes. Polos opuestos.
Y cuando se tocaron. En vez de notar su frío,
lo único que recorrió mi cuerpo, fue un calor inmenso, como en mitad del desierto.

En invierno no siempre hace frío.
Ya veis.

Dime que esto NO es amor.

  Dime que esto no es amor.
  Dime que no me despierto a las mañanas
imaginando que estás a mi lado.
Pensando en qué hacer contigo.
O aún más difícil.
Pensando qué hacer sin ti.
  Dime que no me paso todo el día mal,
sabiendo que voy a pasar días y días
sin verte.
  Dime que solo es una obsesión más, una locura,
una pieza mal encajada. Que pronto dejaré de quererte.
  Dime que cada día que te veo no estás más guapo.
Que no sentí nada cuando toqué tu mano. Y que
no hay ninguna chica en tu corazón. Porque me pondría celosa.
  Dime que no me acabo de poner celosa solo de pensarlo.
Que no te escribo unos simples estados, o tu inicial en mi mano,
porque eres algo más que lo que hacen todos.
Que no dan ganas de abrazarte,
cuando te pones muy nervioso.
  Dime que me quieres.
¿Ves? Ya estamos. Y aún por encima me vuelvo cursi.
Perfecto. Ya la hemos liado.
  Dime que contigo no se me paró nunca el mundo.
Dímelo.
Miénteme, si tal.

El Chico BLUE JEANS.


Y recuerdo.
Que cuando tus manos rozaron mis manos
sentí que éstas, durante todo este tiempo, habían estado vacías.
No sé.



jueves, 17 de diciembre de 2015

Perdiendo.

Me está saliendo todo mal.
Pero aún así sonrío. Y mi mente se pregunta:
"¿estoy haciendo lo correcto?"
O a lo mejor, es una lección más, para aprender.
Siento que no sé lo que quiero. Y eso es horrible.
Porque hago daño a personas que quiero, y hasta a las que ni me conocen.
Los indecisos siempre se quedan solos.
Y es como estoy.
Pero lo peor de la soledad, es sentirse sola cuando estás rodeada de gente.
Y, ¿qué hago?
Porque se supone que lo correcto es seguir a mi corazón,
pero él ahora mismo no dice nada.
Es como una piedra, que no siente, que no quiere.
He perdido a muchas personas, he ganado a otras.
Y las he vuelto a perder.
Siempre le he echado la culpa a los demás
- no me comprenden, no tienen madured-
y quizás, la que se equivoca soy yo.
La que tiene que pedir perdón soy yo.
La que duda soy yo.
La que pide demasiado soy yo.
Pero, ¿cuesta tanto entenderlo?
Yo solo quiero que alguien me apoye, en los momento malos y buenos,
que se abra a mí, que me quiera de verdad.
Porque yo no puedo seguir así.
Y me tengo que dar prisa.
Porque, como he mencionado, estoy perdiendo a muchas personas,
y lo peor;
es que la primera de todas
soy yo.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Monstruo.

Hay momentos en los que nos sentimos monstruos.
Nos miramos y nos vemos cosas malas por todos lados.
Y creemos que por eso no le vamos a gustar a alguien,
o que nadie te querrá por tener defectos.
Y qué.
Te sientes mal, no quieres salir a la calle, solo dormir...
como mucho mirar el móvil;
a ver si hay amor o si hay wifi.
Lo que aparezca primero.
Pero aún así, te secas las lágrimas y sales, sonríes.
Que los demás crean que estás bien, que ellos te cuenten sus problemas,
algunos INSIGNIFICANTES
y aguantar hasta llegar a casa para hacer la misma rutina una y otra vez. 
Y qué.
¿No crees que necesitas un cambio?
Y no del todo exterior. Sino lo de dentro.
Que si sonríes sea de verdad y que si tienes que llorar muestres que estás mal.
Que no te escondas detrás de unas letras como yo, y sal ahí.
Que vean tu perfección en tus imperfecciones.
Y qué.
¿Y qué?
Que tarde o temprano nos damos cuenta de que los monstruos 
no están siempre debajo de nuestra cama,
sino que a veces están dentro de nosotros.
Déjalos salir.
O te acabarás convirtiendo en uno de ellos.


martes, 15 de diciembre de 2015

Versándote;

No escribo esto para que nadie lo lea.
Ni para tener seguidores, mostrar mi talento o desahogarme.
Escribo esto porque no soy capaz de mostrar del todo mis sentimientos,
me gusta escribir y
que, quizás, otras personas sientan lo mismo que yo.
Y ayudarlas.
O comprenderlas
O simplemente entretenerlas porque están aburridas y miran esto por casualidad.
Casualidad.
Quizás si lees esto es por algo.
Pero ahora elijes tú, 
puedes seguir como hasta ahora y olvidar esto,
o probar a leerlo,
y meterte en mi mundo.
Alocado, enamorado, sin rumbo.