jueves, 27 de abril de 2017

Perenne

Llevo varios días sin escribirte.
No digo que ahora mismo lo esté haciendo.

Pero ha quedado tu olor a café en mi boca
y unos cuantos recuerdos rotos.

Tan sólo me acuerdo de ti cuando te pienso.

34 veces en la última media hora.
Perdón, 35.

Voy mejorando.

domingo, 23 de abril de 2017

Te mando besos

Eras. Del pasado
del verbo ser.

Fuiste. Yo fui. Contigo.
Pero. Ya no.

No quiero decir que en algún momento
tú y yo llegamos a ser algo,
pero me había acostumbrado a ese nada
que teníamos en común.

Y como eras, ya no serás
no habrá más sueños contigo
ni noches pensando que sigo sin ti
no habrá más canciones, ni folios
escritos a los que yo llamaba poesía
no habrá más películas, historias,
miradas
créeme, no, esta vez, hoy, ni mañana
que no, ahora, ya no.

Dejaré de escribirte aunque
te siga queriendo. Lo sé. Querer
no es dejar marchar a la persona
pero sí liberarme yo, y si eso conlleva
que tú te quedes en el camino,
lo siento. Repito. Te quiero.
Pero no pienso correr hacia atrás, retroceder
por alguien. Repito. Te quiero. Pero más a mí.

Espero que te vaya bien, y no quiero que esto
suene a despedida. Sino a un nuevo comienzo.
Que encuentres a una persona que te haga feliz. Qué mal se me da esto.
Ya no habrá un nuevo título con la palabra "volver",
ni "otra vez", ni. Como si no hubiera pasado nada.
Como si hubiera pasado exactamente eso, lo que no pasó.

Me alegro de no
lo supieras,
de que fuera yo sola
la que se imaginó todo
como si de un delirio se tratara.
Me alegro, porque aunque
duela encojerme en un puñado
de peros, o cantar canciones tristes
siempre ganarán los "ojalás".

Ojalá un día nos
correspondamos. Aunque de momento
seas pasado.

Porque yo, ya no soy contigo.