Cuando tu piel rozaba
mi piel
sentía calor
y, a pesar de eso, yo no podía dejar de temblar.
Cuando tu piel rozaba
mi piel
sentía calor
y, a pesar de eso, yo no podía dejar de temblar.
¿Y qué pasaría si los suspiros hablaran? ¿Se cansarían de repetir, al salir de mi boca, tu nombre?