entonces tú disparas.
dijiste que estaríamos en el desierto,
yo quería creérmelo, que tú serías arena
y yo océano y que constantemente
estaríamos separados por la orilla.
yo me quedaría aquí encerrada
y tú estarías allí fuera,
porque en eso habíamos quedado:
estar tan separados como alguna vez´
quisimos estar juntos.
sería tan bonito.
pero disparas. no sé por qué lo haces.
tus palabras saben a guerra
y yo pido un alto el fuego.
y entonces sé
cuánto vacío había en ti
para que yo me vaciase por dentro
para llenarte para seguir siendo aquello ´
que no soporto.
sería como si hubiese mar en el desierto
sería como una flor en medio de la ciudad
un bosque en mi armario.
sería tan irreal como todo esto.
dos opuestos que se juntan y que por eso
se atraen el uno al otro.
te imaginas lo que sería
que siempre pusieras una canción
y yo no supiese su título,
un no te saco de mi mente
pero hieres mis sentidos,
como acercarme a ti y sentirme lejos
de lo que fuimos.
te imaginas como hubiese sido si no
hubieras disparado,
si nos hubiésemos quedado
en cuando nos conocíamos.
si no hubiese hecho tanto frío en tus manos
tan helado, tan poco creíble, tan incómodo.
si no hubiese esperado, esperado, esperado
que sucediese algo que nunca me diste.
podría suponer tanto sobre qué hubiese pasado
¿hubiesen podido las cosas ser de otra forma?
me repito. todavía no tengo una respuesta.
entonces tú disparas.
apuntas
pero no hacia mí:
yo soy la bala perdida.