domingo, 22 de abril de 2018

Culpa mía

Me encuentro dramáticamente mal
porque te estoy utilizando
pero no de un modo sucio o
repleto de ordinariez.

Sostengo sobre el dedo meñique
una y cada de tus quejas
pero no con vulgaridad.
Hablo con desfachatez
sobre cuándo harías lo que nunca
creíste correcto.
Te escucho atentamente tras
una cortina cargada de la
sensibilidad de un niño.

Y ya ves. ¿Todo esto para qué?
Sencillamente, es involuntario.
Porque se ha vuelto difuso cada
movimiento.

Te he utilizado, usado si quieres,
en un principio, por pura devoción a
mi arte
y he acabado, locamente, dándotelo todo.
Hasta lo que ni siquiera tengo
te lo daría.
Lo doy.

jueves, 19 de abril de 2018

Dulzura tenebrosa

¿Me escuchas?

Gritó el eco a mi voz.

Pasividad

Si ahora mismo
pudiera decirte lo que
ni siquiera yo misma sé,

te habrías adueñado de mis silencios
y respiraciones,
hubiéramos sido dos bandas contrarias
en duelo por desarmarse,
habríamos soltado los reproches o la
soberbia de quien dice lo que piensa
pero que no piensa lo que siente.

Tal vez, a lo mejor,
si, no sé, exclamara una mínima
palabra y tú fueras consecuente
de lo precedido,
llenándote de mis amaestradas escondidas
de grandes revelaciones
que dan fuerza a cada pulso de ambidiestros,

podrías quizá en alguna ocasión
darme una respuesta que no estuviese
cargada de una pasiva enamorada
del orden cronológico de tu ahora.

Si pudiera decirtelo, no lo diría.
Sobreentiéndeme. Tú no lo comprenderías y como ya sabes
yo nunca fui buena explicando.
Y aunque lo supieras nunca sería suficiente porque tú, ¿qué sabes de todo esto?
¿Cómo podría detallarte específicamente cada
golpe de decepción?
Tú qué sabrías, dime que sabes.

Tú no tienes ni idea
de absolutamente nada.

domingo, 15 de abril de 2018

Flipante

si de verdad defendéis
la libertad de expresión no sé
por qué me imponéis de qué manera
debo expresarme para ser libre.

miércoles, 11 de abril de 2018

Comodidad

te abrí las puertas de mi casa,
entraste y
paradójicamente, en ese momento
recibió el nombre de hogar.

lunes, 9 de abril de 2018

Dejar sin explicaciones

las peores despedidas,
sarcásticamente,
son aquellas en las que no
se puede decir ni un adiós.