martes, 18 de julio de 2017

Nunca más pero otra vez

Ahora mismo estás mirando el teléfono.

Hace cinco minutos
le diste al botón de bloquear
y dijiste que la próxima vez no sería igual.

No extenderías la mano
y vacilarías con entrar en su conversación,
mientras la luz que emana
el móvil a estas horas de la noche
se hace cegadora.

No ibas a releer sus mensajes,
no ibas a ver la última imagen que subió
y en la que está tan bien. Aún sin ti.
No pensarías que debes olvidarlo
a pesar de saber que no lo harás.
Y dudas en querer hacerlo.

No sentirías ilusión
y a la vez dolor, unido al miedo.

Y, nunca, no otra vez, saldrías
y entrarías, y escribirías para luego borrar
morderías el labio
anhelando los suyos
sonreirías, mirarías el techo.

Ahora mismo miras el teléfono.
Como yo. Deseando dejarlo de lado
y estar a su,
lado.
Pero te has dicho que no. No harás
lo que has hecho hasta ahora.
No será lo de antes.

Y aún así, lees esto, y su nombre
no sale de tu cabeza.

Última conexión. Hace un minuto.
No aparezco en línea, pero
sin embargo
aquí te estoy escribiendo.

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