lunes, 12 de marzo de 2018

Querido desamor

Corazón malgastado
y dolorido
acecha en cada curva de
tu cuello
cuando lo observa desperezarse
ante otros buenos días.

Portalones vacíos
sillas de tres patas, cajones
destrozados
y este murmullo, aquí
posándose
y burlándose de mis intenciones,
conteniendo demasiados
reproches de «ya te lo dije»,
algún día llegaría el momento
de soltarlo

porque no puede cohabitar en lo que no existe.

Éxtasis que dice hallarse
pleno de tristeza
y los leones tras el espejo
rugen reclamándote.

No sé. Por qué no se es
correspondido cuando se quiere. Por qué sigo
idolatrando con todo mi ser
a una celda vacía por quién ya ha
salido volando
en su propio afán de felicidad.

El que no me quieras duele.
El que nunca vayas a hacerlo
quema.

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