jueves, 31 de marzo de 2022

No sé querer

 M, sabes que a veces te escribo a escondidas. Sigo haciéndolo. Es más fácil explicar algo cuando piensas en que alguien te está escuchando. Tú en mi mente, me escuchas. 


¿Sabes lo mejor que le he dado a alguien? Te reirías. Pero fue alejarme. Te acuerdas cuando te decía que te he dejado, aún queriéndote. Es complicado.

Mi cuerpo se ha acostumbrado al caos desde ti. A que mis emociones salten y no sigan una estabilidad y siento que he cometido mil errores, que me he separado de la persona que pensaba que era. He tenido actitudes que nunca pensé que tendría. M, sé que no es tu culpa, pero te quise tanto que el problema es que siento que no me quedaba amor para nadie más. Y cuando este no te queda, solo sabes dar otras cosas que se alejan mucho de este. Entonces igual daba algún tipo de cariño, afectivo, risas forzadas. Todo lo justificaba dejándome llevar "sí, hay que dejar que todo fluya, pero también hay que tomar decisiones". Esta es la mía. Escribirte siempre es una buena opción, me ayuda a despejarme.

¿Sabes lo que pasa cuando te acostumbras al desastre? Que estás constantemente en conflicto contigo misma y con tu alrededor, entonces te parecen normal las discusiones, las explicaciones, las acusaciones, no saber en qué punto estás en tu interior y con las personas. Y lo peor, es que no te das cuenta de que eso no debe de ser así, hasta que remueves, como cuando haces limpieza en tu habitación y encuentras cosas que te hacen recordar la persona que solías ser. 

Me da miedo, M, pensar que no sé querer.

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