domingo, 22 de abril de 2018

Culpa mía

Me encuentro dramáticamente mal
porque te estoy utilizando
pero no de un modo sucio o
repleto de ordinariez.

Sostengo sobre el dedo meñique
una y cada de tus quejas
pero no con vulgaridad.
Hablo con desfachatez
sobre cuándo harías lo que nunca
creíste correcto.
Te escucho atentamente tras
una cortina cargada de la
sensibilidad de un niño.

Y ya ves. ¿Todo esto para qué?
Sencillamente, es involuntario.
Porque se ha vuelto difuso cada
movimiento.

Te he utilizado, usado si quieres,
en un principio, por pura devoción a
mi arte
y he acabado, locamente, dándotelo todo.
Hasta lo que ni siquiera tengo
te lo daría.
Lo doy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario