jueves, 20 de septiembre de 2018

El chico del Seat rojo

Iba por una ciudad desconocida
y estaba esperando
delante de un semáforo viendo
pasar historias a varias
velocidades
esperando
a cruzar un código de barras
en blanco y negro.

Me paré en un semáforo
delante de un coche
viejo
de color rojo desgastado.
Cuando se puso en verde
cediéndole paso a mis impulsos,
pasé a su lado y
un chico veinteañero,
moreno, con algo de barba
y varios tatuajes en los brazos,
con cara ligeramente tallada
de marfil
con trazos finos
poseedora de cierta ironía
en su frente,
sacó medio cuerpo por la ventanilla.

- ¿Me das tu número, guapa?

Dijo.
Me sorprendió esa pregunta.
No sabía que las personas éramos
números como si de productos
estuviésemos hablando.

Fruncí el ceño y me sonrió.
De una manera descarada.
Extremadamente.

Me acerqué a él, le pregunté
si tenía un bolígrafo a mano
y agarré tierna y pausadamente
su brazo fuerte.

Lo anoté y me fui.

No sé cuál sería su expresión
pero seguro que algo
parecido a un cosquilleo
rebosante de impotencia
al ver que
lo que había escrito
era mi número,

el número
de lista de espera
de personas a las que nunca llamaré.

Me has pedido número
y yo te lo di para que fueras cogiendo
sitio
y esperaras sentado.

Chico del Seat Rojo, atrévete a sonreírme una vez más.

1 comentario:

  1. Ademas de ser guapísima escribes genial, soy catratito en instagram, aceptame y te digo quien soy

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