jueves, 16 de junio de 2022

Aceleraste

 444 HHH esa era la matrícula de tu coche.

Cuando la vi te dije que me gustabas por eso. A mí las personas me atraen por cosas distintas a lo que lo hace la mayoría de gente. A mí de ti me atraía eso, que tuvieras números seguidos en la matrícula del coche. Porque tenía una creencia, cuando veías varias letras y números seguidos, suponía que te iban a dar un regalo o que alguien te iba a decir te quiero. Siempre lo he pensado. Así cuando esperaba en los semáforos, me fijaba a ver si los veía en el coche de alguien. Y al conocerte a ti, los tenías.


Me montaba en tu coche blanco, te miraba nunca más de cinco segundos, me guiñabas el ojo y yo giraba la cabeza hacia la ventana. No me gusta mirarte cuando me miras así. Arrancabas y las cosas parecían demasiado lejos de nosotros. "Vete despacio". Ni puto caso. Subes la música.

 Que soy un poco pieza, pero tú eres un jaleo. 

Todo iba rápido.


Entonces acelerabas y, a mi alrededor, todo se movía. Y parecía tan insignificante, tan borroso, con tan poca importancia. Yo cerraba los ojos y sentía la velocidad. Me sentía libre, pero no te iba a dar la razón.

- O vas más despacio o me bajo. 

- Adelante. 

Estar contigo era un desafío constante. 

Se perderán las noches de guerra fría, los besos que no me dabas junto a la ría.


Entonces yo lo hacía, me iba a perderme por medio del bosque. Corrías detrás mía y decías que íbamos a bailar. Estabas como una cabra. Ahí supe que me gustaba la velocidad. Ver que las cosas pasaban y se iban y no importaba. Que me daba igual, que solo quería alejarme de todo y que nada me influyese. Hacer lo que quisiera, se trataba de eso, ¿no?


Después de aquello llegamos, me bajé y vi alejarse tu bmw blanco.

Te fuiste rápido. Cómo no. La verdad, todo iba rápido excepto yo

incluso tú, quizá ese fue el problema.


No volví a ver nunca más la matrícula 444 HHH.



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