jueves, 21 de enero de 2016

Defectos.

Mírate al espejo.
Defectos. Defectos. Y más defectos.
Romper el espejo, sin pensar ni siquiera en la mala suerte.
Preferir no mirarte.
Un día más, un día menos. Qué más da.
Siempre igual. Horrible.
Esa es la palabra.
Venga, grítalo. Que aunque intentes verte mejor,
cambiar de perfil, subir o bajar la cabeza.
Que acabarás siendo tú igualmente.
Y no te gusta.
Venga, desahógate. Piensa en lo que te dice todo el mundo,
en como marcan tus defectos aún más,
en sus duras palabras que se clavan como puñales.
Venga, llora. Hasta que el mar te parezca pequeño.
Sécate las lágrimas, coge un nuevo pañuelo.
Hazte preguntas, de qué hacer. 
Odio. Dolor. 
Venga, expulsa todo.
Pasa los minutos así, día tras día.
Porque no soportas esto.

Pero, joder, pásalo. Olvídalo. Bórralo.
Vívelo y que te haga más fuerte.
No te ahogues en tu propio mar.
Pero, joder, pásalo.
Mírate al espejo, ¿ves?
No está mal, ¿no?
Mírate al espejo y, por una vez,
que te guste lo que ves.



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