martes, 22 de diciembre de 2015

De las pocas personas...

Eres de las pocas personas que nunca se espera nada de mí.
Y eso es genial.
Porque es cuando más lo doy todo.

No me pongo nerviosa de a ver si doy la nota,
de si te puedo decepcionar por hacer algo mal,
de tener todo preparado.
Contigo hasta improvisar me sale bien.

Y me sonríes. De una forma tan tierna.
Como nunca nadie ha hecho.
Y si me confundo, tú dices que así estaba perfecto.
Que no me estrese, que si no me parece suficiente
ya me saldrá otro día mejor.

Y lo valoro mucho. Te valoro mucho.
Por eso me encanta pasar tanto tiempo contigo.
Porque puedo ser yo, y aún así te gusta.
Como soy.
Y a mí me encantas tú,
por aceptarme, y por como eres.

Siempre te fijas en los pequeños detalles míos,
en esos que pienso "casi ni me doy cuenta ni yo".
Me conoces. En poco tiempo ya intuyes todo por mi cara,
un pequeño fruncido de labios y sabes si estoy bien o mal.

A lo mejor nadie se sienta identificado con este que escribo,
porque no todo el mundo te conoce a ti. Y qué pena.
Te adorarían.
Porque eres una de las mejores personas que he conocido,
hasta en los días que estás serio me gusta estar a tu lado.
Y escucharte. Escucharnos hablar.

Quizás este no sea el poema más bonito del mundo,
ni el más pegadizo
pero, ¿sabes? Habla de ti
y con eso,
a mí me basta.

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